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¿Por qué oBscuro?

Su origen es del latin obscūrus, su significado es "lo que carece de luz". La RAE la considera sinónimo de "oscuro", y recomienda usar la forma más simple, entre ellas dos.
Pero la obscuridad humana, lleva una B en el medio. Es compleja, innecesaria, desmedidamente bella, suburbio de lo social. Y es momento de mostrarlo, crudo... así como vino al mundo.

domingo, 22 de marzo de 2020

Diario de una cuarentena - Día 5

Cuarentena - Día 5

Uno de los factores más peligrosos del encierro es la ansiedad que genera no gastar energía. En general, en este mundo lleno de estímulos constantes, el ejercicio físico te saca un poco de la adrenalina. Es por eso que hoy subí por las escaleras a la terraza. Después bajé hasta la planta baja. Volví a subir hasta la terraza. Bajé hasta casa. Cuando llegué puse un video de ejercicios y empecé a entrenar. Le puse tanta energía que me dolieron las piernas todo el día. Y no me quiero imaginar lo que me van a doler mañana.

La música de los vecinos me está volviendo loca. Creo que son los del sexto piso. Pusieron reaggaetón mezclado con cumbia, con electrónica y mi cabeza no para de latir. Creo que en cualquier momento me estalla. En ese momento, en el más oportuno, llama el padre de Mateo para saber cómo está. Justo cuando mi cabeza estalla, los vecinos están de fiesta, mi hijo está gritando porque quiere salir a la plaza y mis padres están peleando sobre dónde apoyar la pava, cuando van a tomar un mate de la tarde.

Estamos bien, ¿vos? Con tos. Sï. No, se está lavando los dientes todos los días. No, no se baña todos los días. ¡Pero día por medio está bien! No hay problema, en serio. ¿Cuándo? ¿Cuándo te llamó Amalia para decir que nos vio? ¡Imposible! Hace una semana que no salimos de casa. ¿Y a mí qué me importa que Amalia diga eso? Está bien. Y sí, seguro que se equivocó. No. No. Lo mejor es que no vengas. ¡No! Menos que menos que Mateo vaya para allá.

Hace un año que nos separamos y seguimos sin poder hablarnos bien. Es como si a los dos nos hubiera quedado atragantado una espina de pescado en el medio del esófago. Hay que tragarla. Pero preferimos intentar vomitarla, aunque salga bilis infinita.

Le paso con Mateo y hablan dos segundos. Literalmente. Son dos segundos. El nene dice: sí, sí, si. Le digo de fondo: preguntale cómo está él. Y tapa el teléfono y me dice: está bien.

A todo esto, volví a salir. Pero esta vez, con documento porque ya escuchamos que estamos en cuarentena general. Es un aislamiento forzado. Se puede salir a comprar lo imprescindible. Nada más. Voy al chino y me acuerdo de Amalia. La maldigo. Vieja chota que no tiene nada más que hacer que inventarse chismes. Vive en otro barrio y sin embargo jura y perjura que nos vio.

Amalia es, era mi suegra. No podría decir que fue la culpable de mi separación, pero casi. Cuando llegaba con Mateo después de todo el día, ella ya estaba en casa (había entrado con sus llaves, sin avisar). Nos había preparado la cena. Pero cuando arribaba Marco, rezongaba diciendo que yo no hacía nada y que la usaba de mucama. Dobla cara, la muy turra. Y nunca, nunca hay que ponerse en contra de la madre de nadie.

¿Cómo estará Amalia ahora? ¿Habrá conseguido alcohol en gel? En el chino, somos cinco. No se puede entrar de a más personas. Las góndolas de la limpieza están llenas, pero de cosas que nadie necesita, como virulanas, esponjas, papel de filtro, esmaltes, crema enjuague. Todos los artículos que comprás cada dos meses. En este momento... el alcohol es un bien muy preciado. Y los que consiguen, lo esconden. Compran de a diez, dándole plata por debajo del mostrador a la cajera (porque sólo se pueden llevar de a 3).

Cuando vuelvo, subo por la escalera. Carlos, el vecino, ya no sale (por suerte). Los de enfrente le dejan la bolsa en la puerta y él sólo saca la mano para agarrarla y dejarles la plata sobre la alfombra. Ellos desinfectan los billetes con lavandina diluída en agua y después lo retiran. Pero ya escuché a la más chiquita toser por los pasillos, taparse con la mano y agarrar la baranda.

Nota mental: no tengo que volver a ejercitarme en la escalera.

***

Para leer el capitulo anterior, hacé click acá:
https://desdelomasobscuro.blogspot.com/2020/03/diario-de-una-cuarentena-dia-4.html

Y para leer el primer capítulo de este relato hacé click acá: https://desdelomasobscuro.blogspot.com/2020/03/diario-de-una-cuarentena.html

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